En todo el país se encuentran catequistas con muchísima y profunda espiritualidad. Muchos de ellos, sencillas mujeres y hombres del pueblo, que dedican su tiempo y muchas veces su economía a cambio de nada y que enseñan con su testimonio y ejemplo la sabiduría de una vida enraizada en la palabra de Dios.
Ser catequista no es cualquier cosa: Tienen en sus manos lo más importante de la educación de los niños, pues lo que ellos aprenderán de ellos no sólo les ayudará a conseguir a ser algo profesionalmente, sino además que les ayudará a ser verdaderamente felices en esta vida y a conseguir la felicidad eterna. ¿Puede existir algo más importante?.
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! 65 Años De Catequista ¡ |
Ser catequista es un reto y una gran responsabilidad:
Pues el mensaje que transmiten es el mensaje de Jesucristo y estarán influyendo no sólo en su intelecto, sino que llegarán a su espíritu, a su corazón, a su alma y asi podrán colaborar de una manera eficaz con el Espíritu Santo en las transformación en Cristo y para Cristo del corazón de cada niño.
fotos cortesia de Chema Mercado.